lunes, 13 de agosto de 2012

Desquicio

Mierda... es lo primero que pienso en cuanto veo mi alrededor. Qué asco de situación.

Ni un espejo hecho añicos me cortaría más de lo que mi alma esta desgarrada. Me cae un mundo podrido a mis pies. Me estoy ahogando. Me ahogo en mi propia escoria.

Envuelto entre sabanas que me asfixian, me aprietan hasta el corazón. Quiero salir y estoy enredado. Veo todos mis propósitos a través de ellas, ahí delante, tan fácil de agarrar que solo me basta alzar la mano. Pero me oprimen, no puedo... solo no puedo.

Mi mente cede cada día más a la penumbra. Delata que mis más oscuros miedos amenazan en cogerme, que no estoy donde quería y que me caigo.

Veo un sin fin de probabilidades como si fueran matices matemáticas. Pero... soy de letras. Nunca se me han dado bien los números. ¿Qué coño hago?

Cruel y nefasta vida. Estoy hasta los cojones de tu miserable forma de revelarte. Ya me he dado cuenta de que el mundo no gira entorno a mi, de que no es de color y que es un lugar triste y cruel. ¿Qué más quieres de mí? ¿Qué pretendes conseguir?

Pero... ¿A quién pretendo engañar? Me merezco más de la mitad de las cosas. Otras no las merezco en absoluto, pero si hubiera tenido mis pequeñas tonterías de más joven... ahora sería completamente distinto.

Agonizo. Me quemo y lloro por las putas desgracias que me están pasando. Intento luchar. Juro que quiero luchar... pero se me van las fuerzas.

Lo peor de todo, no es si no que han ocurrido cuando peor debían ocurrir. No podían ser una a una... poco a poco. No... ha de ser la jodida ley de Murphy. Podrías meterte la tostada por el culo. En el mío ya no me caben más putadas.

Si esto fuera en hoja de papel, estaría arrugado de la impotencia y mojado de las lágrimas que podría llegar a derramar con solo pensar el percal que envuelve. No consigo dejar de pensar en el futuro. Me esta matando.

¿Cuanto tiempo más tengo que aguantar? ¿Qué puta prueba es esta? ¿Merece la pena? ¿Lleva algún lado? ¿Por qué cojones tengo que escribir esta basura?

Ni siquiera sé si realmente funcionará nada de lo que pasa...

Dad-me fe. No en Dios... no en nada ni nadie.

Dad-me fe para creer en mi.

Yo no la tengo.


miércoles, 20 de junio de 2012

Indestructible

Duele.

No sabía que dolería tanto. Sencillamente, pensé que la pérdida de un ser querido solamente era una realidad más que afrontar. Yo, con lo frío que soy... ¿Como siento que se me desgarra el alma?

Y aquí le tengo. Mi amigo, mi aliado, mi hermano... muerto. Yace en mis pies como la maleza pisoteada de un cazador desdichado. Por su culpa... la culpa de ese mal nacido que le ha arrebatado la vida de un solo corte en cuello.

Me incorporo muy lentamente. Me pesan los hombros. Siento que mi alma se queda amarrada a su cuerpo carente de la suya propia. Ni en el mismo fragor de la batalla, me he visto envuelto en una neblina de pesares como ahora. Pero no es miedo... es ira. La rabia está consumiendo todo mi ser. Cada vena esta rebasando la sangre envenenada que porta mi cuerpo.

Miro hacia delante. Están todos mis enemigos, esperando a rematarme. Sus sonrisas burlonas no me afectan en lo más mínimo, de hecho me divierten. Vuelvo a observar a mi único amigo y le juro en silencio que lo pagarán. Sí... lo pagarán con sangre.

Ahora mi mirada es carente de sentimiento. Un pozo de agonía me corrompe hasta tal punto que me hace caminar solo. Me mueve lentamente, con cada paso, hacia un objetivo al que arrebatar la vida. Este, manco de sentido común, se abalanza hasta su funesto e inevitable destino.

No le da tiempo a reaccionar. Mis músculos, fortalecidos por mi sed de venganza, han parado su estocada y en un momento, su liquido carmesí chorrea por su garganta abierta. Sus compañeros, horrorizados, dan un pequeño pasa atrás, pensando realmente si vale la pena luchar contra este hombre.

Pero no les doy tiempo, sigo avanzando. No soy ahora un hombre. Solo un demonio sin escrúpulo en su piel blanca, manchada de rojo de un muerto adyacente. Con un grito de furia, me lanzo sobre ellos.

No son capaces de abatirme. Uno a uno, caen entre las más horribles masacres, cercionando su cuerpo por sus miembros y cortando de raíz su médula espinal. Su sino, ha sido morir por mis propias manos y no lo pueden evitar.

Tras ser manchado por su sangre, regocijado sobre sus mutilados cadáveres y viendo al final del camino a mi verdadero enemigo, sigo la marcha como si la anterior enmienda no ha sido más que un contratiempo.

No me detengo. Solo lo tengo a él fijo en mi mente. Solo él.

Pero muy dentro mío... en mi rincón secreto, donde nadie puede entrar, un amigo espera ansioso a que me reúna con él llevando como trofeo la cabeza de su asesino.

No te preocupes... ya voy.



viernes, 1 de junio de 2012

Despierta o duerme

No podía hacerlo. Sencillamente, me era imposible. ¿Cómo se supone que debo tomarme esta decisión? Nunca he sido de esa manera, y no quiero serlo jamás. ¿Por qué entonces no me dejan opción? ¿Qué he hecho mal?

Las preguntas se me colapsan en la mente. Mientras, ella sigue ahí, pasiva, desafiante en todo su bello rostro,  esperando mi respuesta. Sus ojos negros, tanto como una noche sin estrellas, se clavan en mis pupilas, frágiles, que desvían su mirada una y otra vez, aterrorizado.

Mi mano seca el sudor que me recorre lentamente por la sien. Sigo nervioso, por qué me paso la mano con frecuencia por el pelo. Se me ha vuelto más oscuro desde que emprendí la marcha. Ahora ya es de un color marrón oscuro. Qué decepción, me gustaba más claro...

¿Por qué pienso en bobadas? No consigo concentrarme. Ella no se inmuta, solo juega con el esmalte de sus uñas largas y rojas, mientras su cuerpo desnudo se deja apoyar sobre su pierna izquierda. Nunca pensé que estaría en desnudez delante de una mujer y no sintiera vergüenza ni por su parte ni por la mía. Y aquí estoy, con mi piel acariciando la brisa fría de la noche, en este oscuro valle, y aún no tengo decidido si marcho en solitario o con ellos.

Suspiro. Ellos. Je... son todos una panda de hipócritas. ¿Se creen mis amigos? ¿Mis familiares? No son nadie en verdad. Debería irme solo, ser un solitario hombre. Pero realmente, me es imposible. Soy un social. Y ellos son parte de mi ser, pero a la vez la rabia me puede con ellos...

-¿Te decides ya, campeón?-aclara mi acompañante fémina, sin apartar la mirada de sus queridas uñas.

Su voz es inmensamente fría. ¿Es que esa mujer es la muerte? ¿O realmente es enviada por algo de mi cabeza para aclararme? No lo sé, pero sus pequeñas curvas no ayudan en mi concentración. No por la excitación, si no por la absurdez de hacerle caso a un ser oscuro enviado por mi mismo en estado de coma, que a la vez, sea una mujer escuálida y desnuda para que me decida si debo volver a mi vida o irme al otro barrio. Supongo que si vuelvo, debería espabilar de una vez y sacarme una buena novia... o eso espero al menos.

Sí, me acabo de decidir. No puedo irme. No se está mal por aquí, pero no puedo dejar de luchar. Eso lo aprendí de mi difunto padre y creo que es lo correcto. Espero que no me vean ellos también desnudo, por que la timidez siempre me va acompañando de la mano...

Pero, ¿donde esta esa ser endemoniada? Qué raro, no recuerdo que hiciera tanta calor... eso... ¿es luz?


martes, 14 de febrero de 2012

Amor mío...

Llevo tanto tiempo queriendo dedicarte algo... hace mucho que necesitaba escribirte cualquier cosa. Hoy, es sin duda el mejor día para decírtelo.

Aunque tantas palabras te haya dicho ya, tantos poemas que han quedado atrás e incontables veces que te he dedicado alguna forma de amor... que más puedo decirte.

Lo mejor que puedo escribir es hablar claro y conciso. Sin pensar, solo con un pensamiento. Cierro los ojos y me llega una sola imagen, una sola meta... tus ojos. Tus ojos me cautivan. Estoy atrapado en ellos. Estoy loco por ellos.

He dejado tanto atrás, he desperdiciado tantas oportunidades... mi forma de vida era patetica. Me río tanto de como he llegado a ser antaño... pero tú mi amor, tú me has hecho cambiar. Me has hecho ver la luz.

He buscado durante 18 años... 18 largos y tristes años, desolado y triste... buscando una persona que compartir. Puede que no fuera un muchacho corriente, que soñaba con ser astronauta o quería un pony... pero te quería a ti. Quería mi compañera leal, mi fiel amante, mi amiga, mi confidente, mi mujer... mi cómplice.

Jamás he dudado nunca que te amo. No he visto mujer más hermosa que tú. No he visto ni quiero ver. Me ciega tanto tu amor, que el celibato es una forma de vida, siempre y cuando sea para ti, ¿no crees mi vida?

La vida te golpea duro... y uf, muy duro. Las aventuras nuestras, son practicamente un libro entero de 500 páginas con un desenlace a cada cual peor... pero el siguiente capitúlo empieza mucho mejor que el anterior. No veo un final de la historia. No veo una vida sin ti. Eres mi esposa, yo lo siento así. Puede venir cualquiera y reírse, tratarme de niño, necio o absurdo. Pero ellos no saben nada. No sienten nada.

Mataría por ti... me dejaría morir por ti. Haría cualquier cosa para poder estar un día más contigo. Y lo hago, sabes que lo hago. Y me encanta. Me encanta darte cualquier capricho. Me enamoras cada vez que se te ilumina la mirada, después de comprarte eso que te hacía ilusión o la cena que tú querías. Por Dios... daría toda mi vida por verte siempre sonreír así.

No tengo palabras para describirte todo lo que siento por ti. No puedo hacer nada más que contemplarte cada día y dar gracias a los cielos por tenerte. Mi felicidad, mi vida, mi mundo... eres tú.

Puede que no sea el mejor... pero tú... tú eres para mi... la única.

Te Amo. Feliz San Valentín.